Echebarria Suministros en prensa escrita y digital!
El pasado día 10 de Julio, El Diario de Noticias de Álava publicó en prensa escrita una noticia sobre arte urbano en el cual se hacía mención al mural que hicimos en nuestra fachada y a cual fue la historia de la implantación de este.
Poco después el día 11 de Julio, El Diario de Noticias de Álava publicó en prensa digital esta misma noticia que plasmamos a continuación. Si preferís verla en a través
http://www.noticiasdealava.com/2014/07/10/araba/adios-brocha-gorda-una-ruta-cada-vez-mas-valorada
El mejor arte urbano, ése que crea museos a ras de suelo, empapa cada vez más el ámbito privado. En Vitoria pueden encontrarse empresas con fachadas únicas y atípicas entradas de garaje, gracias a creaciones muralísticas y con graffiti que marcan la diferencia.
Un reportaje de Jaione Sanz - Jueves, 10 de Julio de 2014 - Actualizado a las 06:09h
Perseguido, a veces criminalizado, el arte urbano nacido a mediados del siglo XX ha acabado entrando hasta en los museos. Es ardiente como la lava, pegajoso como un chicle, imposible de obviar. Sea cual sea la intención final, bailar con la ironía, incitar a la reflexión social, rendir homenaje a causas justas o cantar a la rebelión, siempre la busca llamando la atención, sorprendiendo con la ocupación de un espacio público que no se concibió para ser tatuado, convirtiendo la calle en una gran galería al aire libre, a disposición de todo el mundo. Por eso, no hay ya ciudad de cierta consideración que no lo promocione y se aproveche de sus beneficios. Es un filón. Y Vitoria lo sabe. La capital alavesa sucumbió y de muy distintas formas: graffiti para llamar la atención sobre las lonjas sin actividad y muralismo público para recuperar fachadas, fortalecer la vida en comunidad con la participación de voluntarios en las obras y crear un reclamo turístico. Estrategias institucionales con gran repercusión que, cada vez más, se encuentran también en el ámbito privado. No hay nada mejor para combatir las pintadas, el apéndice problemático del street art, o para expresar un mensaje contundente.
Echebarria Suministros es una de esas empresas vitorianas que, al plantearse un lavado de cara, decidió huir del convencionalismo. Lo hizo tras conocer el Itinerario Muralístico La Ciudad Pintada, ruta ya indispensable en la visita del Casco Viejo y Zaramaga. “Es algo que nadie puede perderse, arte en su más puro estilo. Resulta interesantísimo conocer la historia interna que tiene cada obra por su ubicación, su historia... ¡Y se encuentra al lado de casa!”, aplauden desde la empresa. Fue tal la conmoción que un día, hablando sobre la imagen exterior de la nave, no dudaron en decidir que había que transformarla con el sello de las hermanas Werckmeister. Estaban convencidos del “impacto que una fachada atrayente y distinta tendría en las personas y el interés que suscitaría”, pero también de cómo esta alternativa diría del negocio bastante más que una pintura al uso. Y era mucho, muchísimo, lo que querían contar de sí mismos. “Teníamos la sensación de que el exterior de nuestro local no hacía justicia con el interior. Trabajamos con los últimos sistemas de gestión en ERP, sistemas de radiofrecuencia y otros no tan nuevos pero muy efectivos como las técnicas de lean manufacturing... Y quisimos trasmitir todo eso hacia fuera, con una comunicación artística que es atípica dentro de nuestro ámbito”, explican.
Los dueños y trabajadores de Echebarria Suministros sonríen al recordar la gestación de la idea. “Nosotros queríamos algo vivo, que exteriorizase nuestras emociones, lo que somos e intentamos ser, algo que hiciera sentir al cliente o al viandante al vernos, algo que fuese radicalmente distinto al resto de ideas que se veían, ya que nuestra vocación es la innovación en el sector del suministro”, prosiguen. Nada más conocer La Ciudad Pintada, se dieron cuenta de que esa misma filosofía podía ser trasladada a su nave para “que la esquina de portal de Gamarra con avenida del Cantábrico fuese distinta”, materializando ese “carácter diferenciador” que siempre ha perseguido esta empresa familiar. Por eso, participaron con apasionada entrega en el laborioso proceso de creación. “Aportamos todos los granitos de arena que pudimos, tratando de reflejar todo lo que queríamos transmitir. Tras un largo feedback, llegamos a la idea final y las hermanas Werckmeister la plasmaron en un boceto. Ellas se encargaron después de la ejecución. Nosotros a nuestro trabajo, que es atender a nuestros clientes, y ellas al suyo ”, matizan.
Hace unas semanas que la nave luce su mural, aunque “la obra como tal no finalizará nunca” . La intención de Echebarria Suministros es convertir la fachada en un elemento vivo, cambiando algunas zonas anualmente. “Nuestro objetivo es darle un dinamismo único a la empresa. Y creemos que estamos cumpliendo el objetivo con creces, estamos llegando a un mayor número de personas”, afirman. No son los únicos que tienen esa sensación desde que se animaron a transmitir una imagen singular. A Eva Mena sus clientes se lo dicen mucho. Esta artista bilbaina ha dejado estampado su arte a gran escala por toda Europa, Gasteiz incluida, donde ha trabajado tanto para comunidades de vecinos como para negocios. “Creo que sí que existe una tendencia creciente a apostar por este tipo de decoración y Vitoria se presta especialmente a ello, tanto por la tipología de los bajos donde se ubican los comercios como por las abundantes y amplias entradas de garajes”, subraya la joven.
En Abendaño, Ortiz de Zárate y Díaz Olano hay cuatro accesos a parkings privados que llevan el sello muralístico de Eva. “Lo normal es que los propietarios opten por esta alternativa para evitar pintadas y la verdad es que la estrategia funciona porque suelen respetar estas obras”, sostiene la artista. En sus trabajos, ella utiliza muy distintas herramientas, ya sean pinceles, brochas, rodillos o spray. “Es una de las diferencias con el graffiti”, apostilla, “además de que el graffiti es una expresión libre, no impuesta, mientras que con el muralismo trabajas dentro de unas reglas”. Hay comunidades de vecinos que establecen sus deseos, otras que le conceden autonomía y algunas que solicitan bocetos a distintos artistas y votan por el mejor en asamblea. También entre las empresas, grandes y pequeñas, están quienes tienen claro lo que quieren y las que necesitan asesoramiento. No obstante, en sus casos el objetivo no es tanto poner freno a los manchurrones vandálicos, que también, como hacer la mejor publicidad posible de sus negocios. Y eso se consigue epatando, con una transformación única y diferenciada de sus fachadas.
Lokoloka, la tienda de bicicletas más alternativa de Vitoria, es una buena prueba de que el mural funciona. De la mano de Eva, ha podido desmarcarse del resto de negocios y transmitir su personalidad retro. Por eso es tan importante en el proceso de creación el contacto con el cliente. “Desde que recibo la llamada, mi objetivo es estar con el comerciante, ver su negocio, conocer el espacio, sobre todo su tamaño, saber qué tipo de compradores tiene... Y hablar con él para ponernos de acuerdo”, especifica. Sepa la persona interesada en un mural lo que quiere o lo que no, la conversación con la artista resulta fundamental para acabar construyendo la imagen más acertada. Que ella acaba dando en el clavo está claro. Su currículo evidencia que le llueven encargos de toda Europa. “Es lo bueno que tiene esto, que el círculo de trabajo es grande, no tienes por qué estar limitado sólo a tu tierra”, subraya con humildad, como si la contrastada calidad de su trabajo no contara mucho.
Destacar en este ámbito es importante porque “cada vez hay más artistas que se dedican al muralismo”. Eva no sabría decir a qué se debe ese incremento, aunque puede tener que ver con la necesidad de buscar salidas en un mundo tan complicado como el del diseño. Ella no desaprovecha oportunidades para dejar su huella. De hecho, más allá de los encargos particulares, Vitoria también conoce su trabajo por su participación en Muralia, el concurso pictórico que ha desarrollado durante cinco ediciones el Ayuntamiento de Vitoria para decorar las fachadas de las lonjas vacías. Desde el año 2009, el número 15 de Vicente Goicoechea exhibe el contundente rostro de una cantante afroamericana. Es una temática que a la bilbaina le gusta, aunque ha hecho dibujos de todo tipo. En Gasteiz también pueden verse, gracias a ella, estampas primaverales, simulaciones de garajes, composiciones hipsters... La imaginación es su arma, como lo es para las hermanas Werckmeisters y otras nuevas generaciones que han acabado con la monotonía de la brocha gorda para crear arte a ras de suelo.